Garabato 11 Aquella abuela.
Aquella abuela. Michael estaba entrando a un departamento, frío por el aire acondicionado; venía de la central de autobuses, lugar donde trabaja durante diez horas como cajero por un miserable sueldo. Se movió al fondo del pequeño departamento donde estaba la cocina para ir por un vino que tenía guardado en el refrigerador para días en los que llegaba estresado a la casa, días como estos. Mientras se llenaba una copa se acordaba de una señora que suponía que era la abuela de unos niños que venían con ella, eran justo la razón por las que él no quiere un niño, los niños de la señora eran gritones y andaban de tienda en tienda haciendo desorden, le rogaba a la señora con una mirada mientras estaba organizando su asiento que calmara los chillidos de esos pequeños demonios de Tasmania. Después de haber llenado la copa, de un tirón se quitó la corbata y se abrió la camisa dejando ver una camisa de tirantes mojada por el sudor producto por la tarde calurosa que se producía en la central de